Con una crisis tan asentada como la actual, siempre se agradecen charlas como la organizada por Dircom y que tuvo como ponente al máximo responsable de la comunicación externa de la compañía Orange en nuestro país, David Martínez Pradales, bajo el título El nuevo papel de los comunicadores. ¿Hacia una edad de oro de la comunicación corporativa?


El experto reconoce que a pesar de que sólo existe la comunicación de crisis, “hay periodistas muy buenos, que escriben muy bien, pero que por diversas circunstancias se encuentran en el paro y que lo único que necesitan esas personas es una oportunidad”. Martínez quiso lanzar este optimista mensaje, sabedor de que los medios necesitan una reinvención y que los periodistas son pieza fundamental del cambio, puesto que sin ellos no existiría el periodismo. A este respecto, se mostró crítico con el “periodismo ciudadano”, aludiendo que alguien que sube una foto o un vídeo desde su teléfono a Twitter no puede ser considerado periodista, aunque “esta situación es irreversible y no da para más”.

Ante estos hechos, es inevitable darse cuenta de que estamos yendo hacia un nuevo tipo de comunicación que cuenta con dos vertientes: la que se hace para el consejero delegado y la destinada a los clientes, lo que provoca una gran pérdida en la credibilidad de la empresa.

Martínez Pradales considera que antiguamente el plan de comunicación, el plan de conversación y el proyecto editorial estaban claramente distinguidos y cada uno hacía su función de manera independiente. Ahora todo forma parte de la misma idea, puesto que las inercias han cambiado, a la vez que se ha modificado la manera de ser creativos. Tanto que hasta la revolución 2.0 busca su portada de papel.

Pero esto no podrá llevarse a cabo sin tener en cuenta aspectos como la dirección transversal, la coherencia, la actualización de conocimientos y capacidades, medir para convencer, estar dispuestos a cambiar de rumbo.Una comunicación externa será brillante si se completa además con una mayor disciplina, grandes oportunidades y adecuados conocimientos.

Texto y foto: Carlos Santamaría