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Valladolid se convirtió del 3 al 5 de marzo de 2015 en la capital del columnismo nacional. Las «I Jornadas de columnismo. La literatura de diario» trajeron a la capital del Pisuerga a algunas de las firmas más prestigiosas de toda España. En una sala abarrotada los tres días de las jornadas se reflexionó sobre el columnismo, su pasado y futuro. También hubo parte práctica con unos talleres de columnismo impartidos por Jesús Nieto Jurado. Esta actividad ha sido organizada por la Fundación GGG, la Asociación de la Prensa de Valladolid y la Universidad de Valladolid con la colaboración de la Fundación Francisco Umbral y El Norte de Castilla. Los inscritos en las jornadas participarán en un premio de columnismo cuyos trabajos ganadores serán publicados en El Norte de Castilla. El éxito de esta primera edición ha animado a los organizadores a trabajar en nuevas ediciones para los próximos años.

 

LA POLITIZACIÓN DE LA OPINIÓN COMO ESPECTÁCULO

El Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid acogió este martes el inicio de las I Jornadas de Columnismo “La Literatura de Diario” con la conferencia de la periodista salmantina Pilar Sánchez, que definió a la columna como “un artículo razonador, analítico, enjuiciativo y valorativo que lleva firma” y que vale tanto como ésta valga.

Este género se encuentra a caballo entre el periodismo y la literatura y pretende albergar una “síntesis entre la racionalidad y la subjetividad” ahondó Sánchez, que ha traspasado los soportes multimedia y que actualmente podemos encontrarlo en la televisión, la radio, los blogs o en Twitter.

MesaSu origen, que se remonta al siglo XVIII, surgió como influencia para la crítica culta y literaria. Ya en el siglo XX se apostó por las grandes firmas y literatos pero es ahora en el siglo XXI cuando está omnipresente y, como recordó Pilar Sánchez, “todo el mundo tiene una opinión pero no todas son justas, acertadas y coherentes”, ya que deben buscar la claridad, la adecuación, la corrección y la elegancia. El gran problema actual respecto a la opinión lo encontramos en las “tertulias shows” que proliferan en la mayoría de las cadenas de televisión (Al Rojo Vivo o La Sexta Noche, La Sexta; Un tiempo nuevo, Telecinco; Las Mañanas de Cuatro, entre otros), que han transformado su esencia para trasladar “una opinión idealizada y futbolizada” ha señalado Sánchez, reconociendo que estos medios de comunicación “suelen elegir muy bien sus nombres”, lo que ha derivado en una gran politización de la opinión como espectáculo.

“Actualmente, la opinión está en manos de muy pocos periodistas y la gran mayoría son hombres”, analizó Sánchez. “Se ha transformado a demanda de los medios, puesto que sólo cuando un periodista se significa políticamente, es llamado a las tertulias”. Esto ha supuesto que los grandes grupos mediáticos en España se hayan convertido en “auténticas fábricas de opinión”.

Como dato más significativo se aprecia que uno de cada cuatro opinantes fijos compatibiliza varios medios de comunicación y que de los 359 periodistas o colaboradores que han pasado por tertulias, únicamente el 23% son mujeres (81). Además, hubo 123 diputados que el año pasado declararon ingresos pertenecientes a las tertulias.

 

CÓMO SER UN BUEN COLUMNISTA

1“Es un año favorable al columnismo político por la gran cantidad de elecciones que vamos a vivir”, comenzó señalando Jorge Bustos en el primer día de las Jornadas de Columnismo ‘La Literatura de Diario’, donde explicó que la crónica debe preceder a este género. “La columna en España tiene mucha tradición. Se estudia a Larra como periodista pero no lo es”, recordó.

Bustos, periodista del diario El Mundo y colaborador en Real Madrid TV, RNE y La Sexta, entre otros, manifestó que pese a la crisis de modelo y de identidad que atraviesa el periodismo en nuestro país, la columna es uno de los géneros “que mejor ha resistido”. Es una esperanza “para los que pensamos que está muy vivo”. También apeló al hecho de que el columnismo necesita una gran formación para los periodistas que pretendan sumergirse en él y que Internet ha potenciado “el periodismo de marca”. “Gente que ha empezado con un blog, ha recibido la llamada de un diario nacional”, comentó.

El periodista madrileño desgranó los puntos que los maestros aconsejan que tenga una columna: “Debe basarse en una noticia, ser un ensayo con un argumento original e incluir algo de poema”. A estas premisas añadió que un columnista debe contar “con algo de pontífice y filósofo” porque “si solo dice verdades, espantará al lector”.

El buen columnista debe desconcertar al lector de vez en cuando. No estoy de acuerdo con aquellos que no se posicionan, no se mojan y navegan entre dos aguas”, reflexionó Bustos. “Hay que mantenerse en el medio de los dos polos, bascular entre la indignación y la piedad”, recomendó a los futuros periodistas presentes en la sala.

En un momento en el que la política “está de moda”, como reconoció Jorge Bustos, “hay que tener la suficiente distancia para aislarse de la realidad” si uno quiere que la columna sea imparcial. Para el periodista de El Mundo, la situación que vive la profesión hace que sea “un momento de mucha responsabilidad” para los periodistas, por lo que aconseja “no caer en el columnismo escandaloso”.

Por su parte, Ignacio Foces, subdirector del diario El Norte de Castilla, analizó la situación del columnismo desde la óptica local, indicando que actualmente se ha producido “el resurgir” del género. “Al columnista le tiene que gustar opinar”, destacó, y debe “valorar lo que está a favor y en contra”, puesto que como periodista, “ayudas a formar la opinión del lector, dando datos y siendo cercano”. Aunque también reconoció que el periodista que escribe columnas de opinión “se puede pensar que hace algo importante y pasarse de erudito”. Por ello, recomendó un decálogo para ser un buen columnista, que pasa por “no tener que elogiar a alguien, leer mucho a los clásicos (como ejemplo, las crónicas de la República), estar al corriente de las claves que dan otros periodistas, ser sincero y honesto con uno mismo, marcar tu propio estilo y no tener que esperar la llamada de nadie tanto si es buena como si es mala”.

 

EL MOMENTO DEL COLUMNISMO CULTURAL

16527698489_1eb0074312_k“El lector encuentra en las columnas los argumentos con los que defender sus ideas”. Esta frase del veterano periodista José María Carrascal abrió la segunda jornada del ciclo de conferencias sobre la columna de opinión que se celebraron en la Universidad de Valladolid del 3 al 5 de marzo.

El propio Carrascal, junto al también columnista Antonio Lucas (El Mundo), fueron los protagonistas de la mesa redonda que analizó el papel de la opinión en la prensa nacional. “En esta era de incertidumbre, los lectores buscan a alguien que les aclare lo que ocurre”, explicó José María Carrascal, quien aseguró que un buen columnista “va más allá de los hechos”. En este sentido, Antonio Lucas apuntó que el profesional de este género debe percibir “el otro lado de las cosas”, de tal forma que el simple gesto de un protagonista genere en su cabeza “una gran cantidad de ideas distintas”, que luego lleva al papel. Antonio Lucas apeló también a la valentía del columnista a la hora de meter el dedo en la llaga de la actualidad, apoyándose en el fairplay ideológico existente entre los editores y sus periodistas de opinión. “En este caso no existe disciplina de partido como en la política”, dijo.  Preguntado por su proceso de creación narrativa, José María Carrascal señaló la importancia de la primera y última frase de una columna. “Una debe servir para coger de la solapa al lector para que no se escape, y el final tiene que sorprender”, concluyó.

La segunda mesa redonda del día comenzó bien entrada la mañana, cuando Hughes (ABC), Ernesto Escapa (Diario de Valladolid) y Carlos Aganzo (Director de El Norte de Castilla) hicieron su entrada en el salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letra. El columnista del periódico ABC advirtió de una crisis en la “visión romántica del periodismo” y del peligro que se cierne sobre el formato tradicional de la columna con la desbordante irrupción de la red de redes. “La columna está vinculada a la prensa escrita, con Internet está en peligro”, aseguró. Y es que, a su juicio, el estilo directo y “potente” de los textos colgados en las páginas webs de los diarios no admiten las florituras propias de este género de opinión.

Asimismo, Carlos Aganzo reivindicó la figura de la columna como un diálogo con el lector más fiel, en contraposición a los blogueros, que lanzan una opinión a todo el planeta. “En la edición impresa te diriges a lectores con nombres y apellidos, mientras que en Internet se pierde esa cercanía”, añadió.  Por su parte, Ernesto Escapa aseguró que cuando elige el tema de su columna siempre lo hace “pensando en el interés del lector”, y calificó de “estimulante” todo el proceso de elección y redacción del texto de opinión.

 

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RAÚL DEL POZO CLAUSURA LAS JORNADAS

A escribir se aprende leyendo. Esta máxima que se enseña desde Primero de carrera es la principal conclusión que han alcanzado las decenas de asistentes que, día a día, dejaban pequeño el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid para recrearse con las magistrales exposiciones de las prestigiosas plumas que conformaron el plantel de las jornadas ‘La literatura de diario’.

Desde Pilar Sánchez-García hasta Antonio Lucas, no hubo ponente que no destacara la importancia de asimilar y comprender la palabra impresa para redactar un adecuado artículo. Unas jornadas de periodismo que se centran en uno de los géneros menos estudiados, pero a la vez más seguidos por los lectores de periódicos, no podían clausurarse sin la aportación de uno de los columnistas más prestigiosos de nuestro país, Raúl del Pozo, quien se mostró encantado por estar en Valladolid, según él, la “cuna del columnismo moderno”.

Para Del Pozo, el periodismo es una profesión “que empieza cada día”, una herramienta de la que no dejas de aprender y que se hace imprescindible para conocer la actualidad, saber qué piensa la gente y escuchar ese ‘ruido de la calle’, el aporte literario que nos invita a empezar a leer El Mundo por su contraportada, un epílogo donde hay cabida para todo y para todos. Es esa facilidad de criticar con argumentos irrefutables lo mundano y las corruptelas que a diario llenan las páginas de los periódicos, lo que le ha granjeado a este manchego no pocos enemigos y a la vez un importante batallón de seguidores, amantes de un peculiar estilo que le ha impedido estar atado “a una mesa”.

Ve en la columna “el soneto del periodismo, una novela de 500 palabras”, aunque reconoce el reportaje como “género supremo”, debido a la gran carga literaria que permite desarrollar y no quiso despedirse de los presentes sin rogarles algo tan sencillo como contar siempre la verdad.

Leer, escuchar, razonar, tener voluntad y no mentir son los ingredientes necesarios para que la literatura de diario siga endulzando el paladar del lector más exigente.